Review: Elden Ring – Shadow of the Erdtree

Después de una larga espera, Miyazaki se despacha con una expansión al mundo de Elden Ring, que sencillamente podría ser un juego entero en si mismo, entregando el DLC más épico que se pueda esperar

En mi primer walkthrough de Elden Ring, recuerdo perfectamente el momento en el que llegué a Mohgwyn Palace en Siofra River. Una zona que evidentemente era el escenario de una boss fight. Las columnas estilo griegas, el cielo que no era cielo brillando purpúreo sobre mi personaje, ese color rojizo que caracteriza la zona. Y ahí al fondo, una especie de capullo quebrado, un brazo decrépito saliendo desde adentro, caído hacia el suelo. Dí un paso y empezó lo que, a mi parecer, es una de las mejores boss fights del juego contra Mogh, Lord of Blood – que además tiene una banda de sonido increíble -. Siguiendo el lore nos enteramos de quién es ese brazo, quién está dentro del capullo: Miquella, hijo de Marika y Radagon, hermano de Malenia, secuestrado por Mogh. Esta acción, el secuestro, dió paso a los eventos que se desenvuelve en Shadow of the Erdtree, el DLC que se centra en la historia del siempre joven y amable Miquella y cómo se consumió su esfuerzo dentro del Haligtree para encontrar una cura para su maldición y la de su hermana.

Después de esa encarnizada pelea, nos encontramos con Needle Knight Leda, un nuevo NPC, de pie al fondo del escenario, y es ella quien nos alienta a unirnos a la lucha en esas tierras sombrías. Así extendemos nuestra mano y entramos a un mundo totalmente nuevo, lleno de color, lleno de oscuridad, lleno de historias y revelaciones. Se abre el telón de uno de los mejores DLCs que se han hecho hasta el día de la fecha y por el que valió la pena los dos años de espera.

Lejos estamos de The Lands Between, ya no tenemos que repetir una y otra vez lo mucho que odiamos Caelid o el sufrimiento en Crumbling Farum Azula. En el Shadow Realm las cosas son distintas, son difíciles, son frustrantes y son hermosas.

La primera parte nos sorprende: Three Paths Cross, donde encontramos nuestro primer Site of Grace, es un lugar cubierto por tumbas con un aire de tristeza y melancolía reflejado en tantas vidas perdidas. Todos los que quedaron atrás de la bendición de la Golden Order y el lugar donde Miquella fue poco a poco abandonando partes de sí mismo. Y mientras nos preguntamos el por qué y vemos a lo lejos el enorme árbol que parece cubierto por un velo negro, el primer enemigo cae sin aviso y esas tan queridas letras en rojo aparecen en pantalla: “You Died”. Bienvenido a Shadow of the Erdtree.

No esperemos empezar con calma, porque no es solo el enemigo que parece bailar mientras nos ataca con sus Backhand Blades – una de esas codiciadas armas nuevas -. A lo lejos vemos caminando lenta y pesada otra de esas criaturas que son una novedad – la promesa de muchas runas e items misteriosos -. A diferencia de la primera, esta es inmensa, cubierta de metal, llena de lava y fuego. Como no podemos evitarlo, nos tentamos a pelear, y si lo intentamos, recibimos lo que va a ser nuestra primera lección de humildad. El DLC no perdona, y mucho menos si nos confiamos.

Pero no todo está perdido, por primera vez en la historia, From Software nos tiende una mano para atravesar estas tierras y descubrir sus riquezas con ítems que nos ayudan a elevar nuestra fuerza y la de nuestros Spirit Ashes, acompañado del clásico leveleo: los Scadutree Fragments para aumentar la negación de daño y nuestro poder de ataque, y los Revered Spirit Ash.

El abanico de novedades recién empieza a abrirse para mostrarnos la enorme cantidad de adiciones que vamos a recolectar en el camino, como las 103 armas nuevas entre espadas, espadones, katanas, escudos, staffs, perfumes, dagas y otras. Lágrimas para los wondrous physick, talismanes, magias, spirit ashes, ashes of war, y tantas otras cosas que a menos que nos incitan a explorar y absorber cada pieza de este mapa..

Entre tantas novedades que Shadow of the Erdtree tiene para ofrecernos, también están los enemigos, los bosses menores que nos toman por sorpresa mientras paseamos, evergaols escondidos y dungeons con los que podemos chocarnos de pura casualidad.

Si tuviera que elegir algo para criticar y señalar que quizás podría haber sido mejor son precisamente los Legacy Dungeons, muy similares a los que encontramos en el juego base. Pero ya es demasiado puntilloso comparando cosas pequeñas con una cantidad enorme de contenido que le hace sombra a detalles menores.

Los bosses principales son, cómo decirlo, un sufrimiento. Escalando en una dificultad que a veces parece un poco absurda e injusta – si sos astrólogo como yo, te deseo buena suerte con Rellana, Twin Moon Knight, abrazo a la distancia -. Pero el patrón de los soulsborne es siempre el mismo: entrá, pelea, morí, aprendé y ganá. Cuesta, por supuesto, y no voy a negar que me comió viva la frustración en ciertas peleas que incluyen animales con espinas o gigantes con montura que no son Radhan, tratando de evitar spoilers si todavía no se adentraron en este mundo, los que ya estuvieron caminando escudo en mano por las tierras cambiantes del reino de las sombras me entenderán mejor. Me replanteé varias veces si ser mago era la mejor opción, si tenía que cambiar todo para mejorar mi estilo de pelea, pero a medida que fui avanzando, me adapté al nivel de dificultad, al tiempo de los enemigos y también a mis propios tiempos.

Muchas cosas me tomaron por sorpresa: no creí volver a ver escenarios tan hermosos como Liurnia of the Lakes, pero Cerulean Coast, la zona más al sur del mapa, me demostró lo contrario. Tampoco pensé que iba a odiar lugares tanto como el ya mencionado Caelid, pero de repente me encuentro con Abyssal Woods y me dan ganas de gritar, pero en este lugar es mejor mantener el sigilo. Aún así, todo está balanceado, es un equilibrio de zonas hermosas y zonas horribles en el buen sentido, de enemigos fáciles y enemigos que nos hacen sentir que todavía tenemos muchas cosas que aprender.

Sentí que recorrer cada lugar es, a su manera, un poco más complejo que como era en The Lands Between, y eso le da un punto extra a favor. Llegar a ciertos lugares requiere esa exploración e investigación intensa que ya mencioné. Y entre tanto sufrimiento y luchar por nuestra vida y la preservación de nuestras runas, nos podemos encontrar con pequeños lugares que son una panacea en un mundo que está muriendo, sumergido en la oscuridad. Hay flores, hay viento y tranquilidad. Esa sensación de paz cuando por fin nos sentamos en un Site of Grace a observar esa pequeña llama dorada con destellos brillantes, nos alienta a avanzar sigue estando ahí.

Y mientras sacamos provecho a esta nueva capacidad de exploración y de revisar cada recoveco para ver qué nos espera, de golpe nos encontramos con que el conteo de horas de nuestra partida puede tranquilamente haber superado las 40 horas extra. A veces no se siente como un DLC, a veces se siente como una segunda parte del juego, la continuación de una historia intrincada y entreverada que nos amplía el contexto y nos responde algunos interrogantes pero, como siempre pasa en los juegos de From, la clave está en investigar, leer y escuchar.

Las quests de los más de catorce NPCs nos explican muchas cosas del mundo, pero también hay que saber cómo avanzar y entender que cada decisión que tomemos con ellos va a impactar fuerte en el final, o llevarnos a una situación de batalla inesperada que nos deja más preguntas que respuestas. Prepárense para invasiones múltiples y para una de las boss fights más difíciles que he peleado en toda mi trayectoria como fan de los juegos de From. Y si a muchos les pareció complicado pelear con Malenia, tengo que hacerles saber que nada nos prepara para Bayle the Dread.

Una vez más me encuentro con el debate de si es demasiado difícil y desalentador, o si realmente nos sigue empujando a esa curva de aprendizaje que nos remarca una y otra vez nuestros propios errores. En mi experiencia personal, nunca fui amiga de los escudos, pero esta vez fueron mis mejores aliados. Si sobreviví mobs enormes de enemigos, mini bosses o bosses mayores – que en su totalidad ascienden a los cuarenta -, fue gracias a mi querido cacho de metal que puedo levantar con mi pobre fuerza de mago. Porque la verdad es que sí, es difícil, sí, hay cosas que dan bronca, pero también me di la chance de usar y aprovechar muchos elementos que en otras circunstancias no los sentía tan necesarios.

Vamos probando por ensayo y error y calculando ataques y patrones de maneras muy distintas, cambiamos nuestro equipo para adaptarnos y quizás algunos se hayan encontrado con que resetear stats y reacomodar era la mejor opción para sacarle el máximo provecho al potencial que Shadow of the Erdtree nos ofrece.

Desde lo personal, cuando el DLC se anunció no quise ver casi nada porque prefiero que la experiencia me tome por sorpresa, así soy con los juegos que más me gustan. Lamentablemente arranqué un año con poca motivación para jugar, pero ahora vuelvo a desvelarme para recorrer las tierras sombrías, con ansias de encontrar todas esas novedades escondidas, con ganas de pelear y de aprender de una historia rica en contenido que para mí siempre fue como leer un libro.

Hasta el día de hoy, no hay manera de que Miyazaki me decepcione. Quizás un poco con el hitbox de la mordida de un hipopótamo dorado, o un lanzazo insta-kill. Pero así son las cosas, y así es como disfruté Shadow of the Erdtree: con el alma de los soulsborne siempre vigente en juegos que son una obra de arte.

GNOVA SCORE: 95

Probado en: PS5
Plataformas: PS4, Xbox Series X/S, PC
Desarrollador: From Software
Publisher: Bandai Namco

Nota por Ani Albano para GNOVA Magazine #10 – Agradecemos a Bandai Namco por el código cedido para analisis.



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