Naughty Dog hackeó PlayStation para mejorar sus gráficos
Andy Gavin desentraña los secretos del desarrollo del legendario juego de PSX, ya el equipo tuvo que escribir un algoritmo de compresión personalizado para llevar adelante su ambicioso proyecto.
Entre los más interesantes, encontramos una técnica avanzada de intercambio de memoria virtual que divide los niveles masivos (por el momento) en fragmentos de 64 KB. Lo sorprendente es que esos trozos podían cargarse independientemente de la unidad de CD. Esta unidad era lenta, pero albergaba una gran capacidad, y permitía cargar estos fragmentos en los escasos 2 MB de RAM que tenía el sistema cuando el juego lo requería.
Según Gavin, así se consiguió que Crash Bandicoot tuviera “de 20 a 30 veces” más detalles que títulos como Tomb Raider. Estas técnicas supusieron un gran avance en la industria de aquel momento y los videojuegos actuales de mundo abierto siguen en deuda con ella. En cuanto a la animación de los personajes, Naughty Dog almacenó datos de animación posicional para los 500 vértices diferentes de Crash en cada animación del juego, pero esto planteó un nuevo desafío.
PlayStation tenía un hardware limitado, por lo que el equipo probó suerte hackeando las bibliotecas de código integradas de la consola para poder maximizar la memoria disponible y la velocidad matemática en el hardware. El equipo tuvo que escribir un algoritmo de compresión personalizado que permitió animaciones mucho más fluidas y caricaturescas.
Sin duda todo un gran avance tecnológico que hoy en día sigue teniendo presente su legado. No obstante, la tecnología actual nos ha regalado una nueva versión de la trilogía del marsupial, Crash Bandicoot: N. Sane Trilogy, un juego que nos trae de vuelta la magia de las plataformas de los 90 con gráficos actuales.